La importancia del diagnostico facial
¿Qué tipo de piel tengo?
¿Está hidratada?
¿Manchas?
¿Poros?
¿Grasa?
¿Sensible, arrugas; de qué tipo?
Estas son preguntas que habitualmente no suelen hacerse a la hora de escoger un cosmético, puesto que son productos estándar y que como mucho, responden sólo al tipo de piel (normal/mixta, seca) y no se ajustan a toda la combinación de características propias que cada persona puede tener, en un momento determinado.
Gracias a la tecnología más innovadora, el analizador de piel consigue un diagnóstico muy preciso del estado dérmico del cliente. Conoce el nivel exacto de hidratación, evalúa la salud de la piel por medio de la videocámara y analiza el estado de las arrugas.
Con Cremology, en nuestro centro, personalizamos la crema o la mascarilla facial en función de tipo de piel. Eso es posible porque se analiza la piel del cliente.
He aquí el proceso que seguimos.
Informamos al cliente de las características del análisis, del producto y sus ventajas.
Se toman los datos del cliente y a continuación se realizan algunas preguntas acerca de las peculiaridades de su piel. Esto nos permitirá afinar más en el diagnóstico.
Con un analizador de piel y distintos tipos de lentes, se miden diversos parámetros de la piel.
Grado de hidratación de la piel.
Manchas, sensibilidad, poros, irregularidades, grasa y arrugas.
Tras ello, el sistema analiza cada uno de las medidas obtenidas y nos ofrece un diagnóstico acerca del tipo de piel, caracteres y necesidades.
Se eligen los principios activos a añadir al producto según los resultados del análisis y a partir de la crema base hidratante, con factor de protección solar 15, se completa la elaboración de la crema, añadiendo los diferentes activos (tres) y concentrados (uno).
Además, se puede incorporar al tratamiento una mascarilla específica, según el tipo de piel y el resultado del análisis, que complementa el tratamiento. Resolvemos las dudas referentes al tratamiento, aplicación y ¡ listo !
Cremology, cosmética personalizada.